miércoles, 14 de agosto de 2019


Cuan simple se ve el vivir
y ya no se vivir
a cada paso se nota
que no se saber
ni con qué se sabe
hay una silla ¿o todas?
diseñadas para empujar cuerpos hacia adelante
sin perder la comodidad
¿qué hacemos acá?
estas voces
mas ese ritmo
de cuando respiras
(somos todas las diferencias
yendo sin compás)
había sillas con respaldo invertidos
-pensé- mientras al darla vuelta
me empujaba hacia otro adelante.
La columna es tan flexible
que no merece el nombre de columna
también así, te puedo mirar



jueves, 12 de octubre de 2017

Soy militante del punto medio. No fue sencillo haber derivado lo obvio. Pero en estos días de retro-intro ¿pos? perspectiva, caigo en la cuenta de que he practicado la noción del equilibrio interno desde que tengo memoria. Que todavía no vivo pero tampoco muero soy spatium. De que el alter ego me ubica entre los espíritus intrascendentes por no mancharse con ningún obstáculo. De perpetuarme como masa informe para no dar declaraciones. Camino en puntas de pie por la frontera del (in)consciente. No he estudiado en profundidad un solo símbolo. Lo que he hecho ha sido tambalear por la soga gruesa que atraviesa dos puntos de una ciudad, de una parcela en cualquier reserva geográfica a la interperie. He juntado las hojas suficientes del suelo hasta que se achanchara el sol. He dormido a la hora adecuada para recibir las ondas homeostáticas que pongan la misma fuerza en cada brazo. No he inclinado la cabeza para no quedar sorda de un oído. Y sigo siendo soldada secreta de lo que creo en el medio. De la ética nicomaquea tergiversada por mi andar. No tiendo solo al centro, además lo sondeo de antemano. .Al punto de haber hecho desaparecer las tendencias para pasar a lo ya tendido. Me he puesto al hombro esta responsabilidad de ser el medio y ejercerlo -como se debe- entre las sombras. De haber ido con la mirada escurridiza hacia y desde las gentes en un domingo de feria popular. He pasado por delante de quienes no detectarían mi existencia. He querido ser un fantasma para mediar entre aquello que no puede ser dicho ...(y de aquello que sí, lo digo entre dos silencios)...

viernes, 27 de junio de 2014

Ese color violeta del cielo que te sorprende una sola vez. Se me pegan y me contagian otros vampiros con energía de entrar de lleno al mundo descarnado. Pero hay algo que quisiera decirte; que todavía vas a sentir más que antes. 

Aunque creas que has sentido todo. Que lo que sucede ahora es una ceguera momentánea, que después viene realmente lo fundamental. No hay viaje al pasado. No está disponible para toda esta cantidad acumulada de mínimas expresiones de partículas. Aquello único susceptible es la memoria, pero también engaña. Basta con un halo explosivo y todo lo que te esfuerces en recordar, va a desaparecer. Y la pura novedad. 

Todo se olvida (cabeza de novia). Quisiera decirte que lo que ves como repetición es una construcción a partir de tus ganas de que vuelva a pasar. Pero el deseo es químicamente transformable y adaptarse también es no anticiparse, habiéndose acomodado al instante. Animarse a sufrir es lo que no permite tu razón. Y la razón es otro de tus inventos para quedarte acá. Andate. No te quedes. Quedarte es la inmovilidad. Girá en círculos sobre el presente. Aumenta tu pulso, descalibrando al tiempo. 

Cruzá el horizonte hacia mar abierto. Hace ese movimiento que nadie espera. No te quedes. Es una ficha más al orden. Una apuesta que hizo el gran sindios con tu vida. Y no vas a perder al perderte.
De tanto en tanto, me hacen bien las palabras. Ya no hay momentos que me lleven a ese momento.
¿Por qué ir ahí? ¿Qué quiero salvar? O mejor ¿Qué quiero decir? Todavía está ese mensaje indescifrable, ese propósito del comunicar.
Me callo porque no siempre hacen bien las palabras. De tanto en tanto. Y no puedo saber cual es tu tanto a menos que te diga algo.
Y no te lo digo. Qué espero? Como si existiese un final del mundo que me diera tiempo a comentarte una última cosa. Antes de dormir, pero definitivamente. Una espera encriptada en una falta de conciencia. Jamás hubiese admitido vivir con la esperanza. Es una antivida. No puede haber final de los tiempos concretos, deberé inventarlo otra vez para volver a sentir que es momento de hablar a duelo. Resultado de querer quedarme con la duda de tu respuesta final. Y todas tus respuestas son finales. Qué desgracia es la que nos han legado los utópicos. Tan desbordada de vida que no resulta un verdadero desconsuelo porque siempre hay algo más. Hay algo. ¿Hay algo?
Gana la seguridad de que habrá otro día y Ese día. Sin pensarlo como posible se diluye y se sigue. Así. Olvidando. Padeciendo. Pero si siempre todo lo respondo y no se cómo. No sé. ¿Cómo se hace? Te digo, me digo. Esperando contestarme. No me hacen bien las palabras. 
En un lugar muy oscuro hay límites atribuidos por ánimos, culturas, genéticas quien sabe… hay líneas que se van adhiriendo geométricamente al alma y solo la dejan respirar por la parte que le toca. Por entre las líneas demarcadas le robo un segundo al cuerpo sus hormonas para que disparen al cerebro, este se achucharre, se encoja, se rearme y trate de correr rengo, buscando escapar del próximo tiro.

Y otra vez en soledad con la herida al aire. Para esquivarle al despropósito de no sentir. Para juntar la vida del suelo y cargarla a las espaldas a sabiendas de la proporción del dolor, del peso, del simulacro. Hacer como si todo fuera un suspiro en el tiempo que no transcurre al menos que se quiera y esté antes. Esa manía de estar antes de lo que vaya a pasar por supervivencia de la cordura. La equivocación no es una excepción es un estado. Disonante.

Cuál es el precio por esa relación tan profunda que nunca se puede conseguir? con el tiempo en contra, con toda esta materia de filtro, con una soledad demasiado estirada, con un gesto que se hizo arruga.  Porque debería justificarme lo que no comprendo? La soberbia es la que se adelanta siempre un paso, no acepta el desconocimiento, no le cierra la idea de admitir lo que verdaderamente nos sorprende, no quiere saber de aquello que nos excluye. Dejar que nos dejen así porque sí. Sin esfuerzos. Que tan solo suceda. Dejar de participar en la vida. Condicionar la posibilidad para entrar por la puerta. La meta-idea de mi misma tiende a ampliarse sin la necesidad de otro reconocimiento mas que el del yo del futuro (que sigue dejando señales desordenadas).

miércoles, 22 de enero de 2014

Húmedo y seco


Tales, considera el agua como primer principio. Por esto llega hasta pretender, que la tierra descansa en el agua; y se vio probablemente conducido a esta idea, porque observaba que la humedad alimenta todas las cosas, que lo caliente mismo procede de ella, y que todo animal vive de la humedad; y aquello de donde viene todo, es claro, que es el principio de todas las cosas. Otra observación le condujo también a esta opinión. Las semillas de todas las cosas son húmedas por naturaleza; y el agua es el principio de las cosas húmedas.

Quizás a partir de esto, por la negativa se comprenda la muerte como aquello que; seco (infinitamente seco) partido, pálido, que no se resbala sino que se extiende y pliega sobre plaquetas firmes, intactas. La sequedad de la muerte bien irreproducible, divisible en contraste a la vida reproducible y multiplicable, se eleva sobre las montañas que están más atrás, más allá las mas altas inalcanzables y robustas que se asoman tímidas pero peligrosamente seductoras a ojos de los ambiciosos.
Ni una pizca de agua ni de humedad, el calor no tiene intensidad, es aburridamente constante, sin nada, la nada seca desganada anestesiada. Para siempre.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Al norte frío


El silencio de los concientes ahogado en valles de palabras
Saltan las piedras desde la rueda hacia las tumbas 
Se matean sueños, miradas lentas, pasos acobardados se entrepisan, no se distraen
Cuentan anécdotas de corderos vivos, promesas enterradas, visitas diarias.
La música sangra entre las cuerdas y el viento.
pero ante todo se elabora el tiempo
Construyen el tiempo sin mucho ni poco, con manos arrugadas en los bolsillos,
esperando una lluvia fuerte, una montaña de vino, un cerro que vomite río.
Y ahí, en orden, las frutas que crecieron solas
junto a las papas que no quisieron hacerlo
Los pájaros que aprendieron a cantar sin vergüenza
acompañan a los niños que repiten coplas
De día la tierra se quiebra muerta, de noche se vela al silencio y no se mira atrás.
Y entre vientos desganados de algunos días, cielos agónicos de rojos y verdes que arrastra la lluvia; viven. Viven y se preguntan por la distancia familiar que puede implicar el trabajo, por la materia inusitada del fantasmal progreso.
Se preguntan y resisten lo que otros traen
y nunca falta que brote el cielo y se pegoteen los zapatos.
Que la tierra absorba, el cuero cubra. Mientras el ojo chueco aún se está acostumbrando al horizonte, al personaje de alcohol continuo con caras de piedra, al taco contra el piso de madera en una noche de garufa, mascando coca al ritmo de las moscas y al son del diablo.

jueves, 17 de febrero de 2011

Raíces tendones

Jugo que despiden sus brazos

Goteando encima del recuerdo del mapa microscópico de la hoja.

Raíces pulpo, blancas, internas

Cuerdas en los pies

Raíces papel, secantes, desteñidas.

Cubriesen el total de los frentes para inmovilizar

Sobre el algodón de dormir en el origen

La comodidad de olor a espacio sabido

Y el arte de la flor en su postura fetal.

miércoles, 28 de abril de 2010

Si pudiera masticar mas lento, la comida no caería plomiza. Pero ella es así, todo lo hace repentinamente. Pega el golpe cuando nadie se lo espera, aunque no esté probado que alguien espere nada de ella. También hay una no exigencia particularmente femenina. Sobrevivirá solo por convivir con personalidades desafiantes, aventureras y estrategas. Las verán rodar por esta ciudad de la furia. Cortando retazos de historia jamás contadas. Luchando por ponerle color a la pálida abstracción.
Si pudiera hacer que las campanas del esófago dejasen de sonar, y temblar, el entorno sería más transportable. Pero ella es así, siente escalofríos en el cuerpo cuando se acercan. Destapa el mundo buscando intensidad. Su cara arrugada, se hizo de ver sonreír a un otro. Va siempre doblando alguna esquina con una mochila grande, descalza, sin el traje. Mirando al piso. Víctima de ninguna cosa.
Si pudiera escuchar atentamente, sin que se le sobrepongan las palabras, el sentido dejaría de simplificarse. Pero ella es así, rompe el hielo con sinceridad destructiva. Detrás de lo que muestra no hay nada, porque no hay nada más. La verán con pocos amigos. A los que critica para quererlos. Y si aún sabiéndose un mínimo animalito en el infinito, dejase de preguntar por qué, volvería a casa.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Tienes la columna torcida. ¿Qué te sostiene? Un impulso del que desconoces su naturaleza. Un movimiento perpetuo en busca de un sentido que no sabes si alcanzarás algún día. Estas inacabado. Por eso tú eres un asombro a evitar: el bicho raro que marca los comienzos. Viajas del mundo que abandonas al mundo que conquistas. Vives cada segundo en la frontera de un bosquejo de ficción. Al precio de destruir tu forma, la médula de tu columna torcida será la tinta de otra escritura. No ofrezcas todavía el asomo crujiente de las tres flores incoloras que empuñas a lo alto.

KAZBEK

martes, 29 de septiembre de 2009

La estupidez se adueña de pequeñas almas, transparentes. Si en la puerta de la vida alguien me diera la bebida de la no pregunta, no entraría a la vida. Si es más inútil que la vida, entro en la fiesta de lo inútil. Baila con soltura la pregunta dentro de la inutilidad. Se vuelve atractiva, erótica, artista. Voy hacia ella, me llena de placer, me seduce con su mundo inútil. Se convierte en comida adictiva. Que cuanto más se come más se quiere comer. Y cuando entendemos la muerte admiramos el infinito, paradójico. Ese revolcarse en el infinito, en la incertidumbre interminablemente redonda, de no querer apretar el botón del paracaídas. La pregunta se zambulle en la arena y corre como niño de nuevo a la escalera del tobogán. Golpeada y con apuro de vivir otras vidas, también inútiles.

jueves, 9 de julio de 2009

Puse pausa antes de comenzar y me retrasé. Mi memoria a corto plazo me hace olvidar si había algo detrás cuando golpeo la ventana.

No sé si hubo algo pero lo que escribo quizá sea la consecuencia de ese algo que olvidé, se va quedando quieto, quieto, muy quietito el mundo. Congelado. Feriado.

Algo se movía y no puedo recordar. Quiénes estaban vivos? O será que yo estaba quieto? Desperté justo ahora cuando todos dormían o tal vez morían. Al revés, como son las cosas! Tampoco recuerdo bien quien empezó primero. Dejá para otro día lo del tiempo interno, hay segundos que no son míos, se me van yendo. Segundos entre este y otros olvidos.

No hay algo que quiero esconder. No hay algo de otro ni de nadie. Irregularidades dispersas. Lo disuelto se desvanece de la mano hasta el ojo.

Y como explico esta equizofrenia naciente a los que necesitan ahorcar a una sola. Puedo doblegar mis deseos para que definitivamente uno no aniquile al otro. Abrazar, rodear para hacerlo estallar. Es mi perfecta fusión de no cansar al género no biológico con vicisitudes de regilla de mesada.

Y sin que importe si las cosas son o no son entonces, todo puede ser pero siempre en posibilidad, en potencia. Voy a asumir mi posibilidad y voy a (ser) eso, porque la posibilidad tambien es?

Quien debiera escribir torpemente

Estirando la hoja donde queden las letras apretadas

Cortando a cuchillo palabra por palabra

Tirar la cadena

Sentarse a un costado de la pena y tomar agua del pozo

Contaminada

Ya no hace falta conquistarnos.

Saliva por la frente

Diálogos usados. Miradas estratégicamente pobres

De reojo a mis pantalones ajustados

El encuentro mental en blanco y negro (mareado)

Olvidar un límite en el silencio

Subir todos los días al auto.

Darme un beso

Traer de afuera la comida a nuestra cama

Putear.

Quien debiera escribir torpemente

Sobre el arte particularmente real

De los agujeros de las hadas

De este estilo moderno del amar

Muy pocos indicios hasta llegar al grado cero

Cambios de ropa

Qué tengo de nuevo? viejas miserias

Buscar afuera

Buscar que?

Alguien debiera escribir torpemente

Sobre las quejas. Los no haber empezado

Estática estantería.

Con relaciones ordenadas en par, sin pelusas

No se lustran, ni se han lustrado en el pasado

Como niños grandes jugamos mal

Somos desprolijos, malolientes.

Mi premio a los obsesivos, que sabrán atravesar

Los caminos de los que torpemente

Llegaremos apurados a morir

Y lo implícito de repetir

Es el perfeccionar

Habrá que arriesgar la sorpresa del horror

Para escribir torpemente

Y un buen baño de música. Aparatos aparentes, simulando el cerebro. De donde viene la calma cuando se está por estallar? Latidos en aumento que no saben pertenecer. Nervios en tensión con dientes pegados. Y algo parecido al pasado que pica, y me rasco. Para que siga picando. Síntomas de contagio de personas desinteresadas en vivir. El remedio guardado en una cuna autista. El chicle masticado que puede a una importante velocidad perseguir incansable formas. Y en medio de este vaivén, la memoria vengativa que intenta desechar la inocencia. Frenado el caos, todas las cosas resultan ser una simple suma de circunstancias posibles. En acción las palabras son piedras. En silencio, siempre a des tiempo.

Y vuelvo a sentarme en el lugar de donde me he ido… quien sabe a donde… tal vez fui hacia mis años, un poco inventados, un poco colmados de permisos. Puede que haya sido protagonista de un conjunto de lástimas regaladas, o quizá nada de eso ocurrió allá afuera. Y de nuevo la idea de esencia manifestada solo por las ganas de que todo vuelva a su lugar, solo voluntad que se ahoga en un contexto. No hay necesidad de volver a un lugar si no existe resignación. Tampoco hay errores inscriptos en mi verdad, solo ineptitud de explicación. No, no hay generalidades como estas. Paradójico pero con semejante velocidad dialéctica como para creer que nos entendemos.

Suenan mas lindas las preocupaciones realistas, ajustadas a medidas humanas sino es como se perdieran en un enjambre misterioso al atravesar algún horizonte. Aun no se con que palabras quiero contar. Nadie me ha dado nada, como es busco? Invento? Encuentro? Y si todos nos pusiéramos de acuerdo más o menos, digo, en lo existencial, como para que no te hagan dudar. Pensaba que en una generación las ideas eran similares. Me equivoque. Pongamos a una señora que se encargue de poner una edad. No me pueden negar que no es motivante. A fin de año todos tienen un número nuevo y se puede ser grande y después chico o ser chico y de repente viejo.

Si extirpamos ciertos recuerdos pasaríamos a otra década tal vez, quien sabe. Quien sabe? Algunas nociones andan rondando, me imagino que me han dado algunas asociaciones para que juegue y me divierta. No me animo a decir libre asociación sospecho sobre esa palabra. La he sentido como certera los días en que me toca estar presente.

Otros días casi quesuceden solos.

No se sienten.

O los días malos que se filtran para desechar asociaciones pasadas. Una mentalidad que trae consigo genes terroristas.

Que días tan malos.

Que necesidad de quedar vacío, desnudo, tonto.

Y los otros que dicen: ustedes no saben vivir! Tienen razón. Y si por lo menos supiéramos contar. Sería otra la historia.

Justamente.

Esto también es vivir contestaba. Es vivir?

Pongámonos de acuerdo. Ya somos muchos.

La vida tendrá más versiones que personas, todos estaremos afectados por trastornos de personalidad múltiple en el mejor de los casos.

Y en verdad capaz que era eso lo que querían, que nos quedemos solos, lidiando con todos esos que somos.

O estoy diciendo algo que ya ocurrió? Fuimos y somos neuronas.

Excesiva perturbación de los dioses.

Me incline sobre gentes con manos abiertas para cruzar otros ríos, los abandoné. Temo a lo repentino y a lo incontrolable de mis propias pasiones.
Me pregunto mas allá de la explicación medica porque cuando uno recorre un cuerpo con el olfato, este va cambiando de olores? No hay nada como cuando la sensibilidad sale a tomar sol en un día de lluvia.

Que día tan especial, el viento arrastrando aquellos momentos, la lástima de tener que dormir. Me quedo un rato mas. Me paro, un cigarrillo y de nuevo a la habitación. Me olvido el vaso de agua. Me da miedo o frío. Aumento el poder de concentración. Ruidos inusualmente escuchados por la mañana. Dilato el recuerdo, se cierran las conclusiones. Cuestiones dadas pasadas amasadas hasta el cansancio. Más viento, parece que nunca va a acabar, como esta ansiedad surgida del perder. Sospechar que hay más placeres al menos lo demuestra el inconsciente mientras duermo. Pero no me quiero dormir. No me quiero morir. Vicios rondando como fantasmas de la juventud que se vuelan con este viento, desde donde aparecen personas, desde donde acuso sus ausencias. Me quedo un rato más. Me siento otra vez para esperar la mañana. Y si me dejaran de mirar? Ya no estoy aca. A donde me fui? Claro, también soy ausencia.


Considerando las distintas formas en que fui dependiendo de esta obsesión destructiva al fin y al cabo, no he dado con la medicina. Debería probar la alternativa aunque la razón no me lo permita. Sigo en búsqueda del equilibrio desequilibrando. Había creído encontrar algo, no era nada, había creído encontrar la nada, puta esto es el vacío.