miércoles, 4 de julio de 2007

Aire rebotando en cuatro paredes que se acercan cada vez más. Blancas, lisas desperdician la forma para aturdir sin sonido. El techo igual y entonces la luz fuerte, todo a la redonda envolviendo y amenazando la lenta expansión de las ideas. Arquitectura que permite el murmullo constante en uno de los oídos, habla palabras inentendibles pero agotadoras. Suelos duros como bases sólidas que dejan en el olvido al mundo ovalado, el habitante de mapas. Casas atrapantes, encierros sin sentido. Este disfraz moderno, igual de derrumbable por la falta del porque, conserva adornos llenos de rejas, de las que no dejan ver…
Y en las palabras todavía se siente los vestigios morales de cosas como casas que visten a los señores. Sobre algunas maderas, sobre algunos armarios las cenizas de esta vida que otros han elegido, que han aceptado sin gemir y peor, las defenderán como propias en nombre del dios invisible. Rechazo, más aún lástima. Por las cosas que ya no se buscan, por todas las casas construidas sobre deberes de escuela y el reconocimiento inscripto en el cerebro que tal vez no se manifieste jamás. Quedará latente, allí abajo, por encima del condenado vicio de levantar paredes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Insisto, la frase "Y en las palabras todavía se siente los vestigios morales de cosas como casas que visten a los señores", es excelente.

Cómo el sistema logra que el individuo reproduzca o siga construyendo sobre sus bases ("el condenado vicio de levantar paredes") sin objeción alguna. No?

Mai dijo...

...Condenado vicio de levantar paredes...

en la memoria amiga...

paredes en todas partes!

Muy lindo texto, te quiero!

Anónimo dijo...

"Suelos duros como bases sólidas que dejan en el olvido al mundo ovalado, el habitante de mapas."

Simplemente brillante...

Gracias por compartirlo...

saludos

tina dijo...

no sé, me hizo acordar a éste poema de Alfonsina S.
Casas enfiladas, casas enfiladas
Cuadrados, cuadrados, cuadrados.
Casas enfiladas.
Las gentes ya tienen el alma cuadrada
Ideas en fila
y ángulo en la espalda.
yo misma he vertido ayer una lágrima,
Dios mío, cuadrada